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Una escuela de tenis para discapacitados donde no existen límites

En su espacio héroes y heroínas el medio La Voz presentó a Guillermo Di Giusto (57), profesor nacional de tenis en el Córdoba Lawn Tennis y fundador de la escuela Sin Límites, que trabaja con personas con discapacidad intelectual y ciegos.

Compartimos la historia de este profe de tenis que realiza un importante trabajo social:

En 2004, Di Giusto puso la piedra fundacional de la escuela Sin Límites en un espacio tradicional para el tenis cordobés, y se empezó a escribir una historia de inclusión, compañerismo, alegría y superación.

“Cuando iniciamos este proyecto fue muy novedoso. Hoy el deporte y la discapacidad van de la mano, pero hace 20 años no era así. Lo que hicimos fue no dejar que esa experiencia fuera un evento aislado, sino ayudarlo a crecer”, reflexiona el profesor Di Giusto. Y continúa: “Inmediatamente empezamos a planificar estrategias para seguir llevando el tenis a las escuelas o que ellas vinieran a nuestro club. Así fuimos encontrando intervenciones diversas e hicimos un evento masivo, invitamos a otras escuelas especiales a que vinieran a jugar tenis al Córdoba Lawn y ahí se fue cerrando el proyecto Sin Límites con propuestas recreativas-formativas y formativas-competitivas. Luego incorporamos la opción para ciegos”.

En perspectiva, y a dos décadas de este trabajo deportivo y social en la escuela Sin Límites que se cumplen en este noviembre, a Di Giusto le brillan los ojos cuando habla de sus alumnos y alumnas, de sus avances, y de los vínculos empáticos que supieron construir en todo este tiempo, basados en el respeto mutuo.

sin limites

“Yo aprendo de ellos. Me transmiten simpleza, que no hay grandes complicaciones. Tienen estados de ánimos equilibrados, trato de copiar eso, la alegría, esa risa que se transforma en carcajada de una manera muy fácil. El abrazo. Yo me llevo mucho de ellos a mi vida cotidiana”, confía el profesor. Y agrega: “Me emociona mucho y me alegra que nos hayamos involucrado de lleno en este proyecto. Hace 20 años no sabíamos qué nos iba a pasar. Me alegro de que haya funcionado”.

Hoy la escuela Sin Límites tiene una matrícula de 50 personas. Di Giusto no trabaja solo. Se apoya en un equipo de profesionales a los cuales pondera. Entre ellos, está el profesor Daniel Trejo, especializado en tenis para ciegos; y Clara y Valentina Di Giusto, sus hijas, quienes hacen aportes desde la psicopedagogía y la psicología, las ramas de estudio en las que se destacaron.

“Estamos en cifras récord. Hoy hay 50 personas en la escuela Sin Límites, 40 con alguna discapacidad intelectual –síndrome de Down, retraso madurativo, entre otras– y 10 ciegos. Nos hemos transformado en un centro de referencia que trabaja el deporte y la discapacidad en forma conjunta”, explica el “profe”.

Con las canchas de polvo de ladrillo de fondo, y con los tenistas llevando a cabo sus movimientos cotidianos, Di Giusto describe que “ponerle una raqueta en las manos a una persona con discapacidad” fue clave para entender que se les daba autonomía y se los motivaba. Y que luego, con la participación en torneos y en competencias, se lograban avances relevantes.

nicolas

“Es importante cuando nuestros alumnos, nuestros atletas, empiezan a tener experiencias deportivas. Primero, venir a entrenar al club. Acá se los cuida, se los acoge y se les da un sentido de pertenencia”, dice. Y prosigue: “Después, las representaciones que hacen del club en distintos eventos. Estos chicos y chicas, cuando empiezan a tener experiencias deportivas, comienzan a nutrirse, a crear otros vínculos que ayudan en su autoestima. Hemos notado que este tipo de intervenciones los nutre de valentía, comienzan a tener sus propias anécdotas e historias. Y eso también lo ven las mamás y los papás, que nos trasmiten eso”.

Perseverancia, la clave de la escuela Sin Límites
En dos décadas de trabajo ad honorem con el proyecto Sin Límites, Di Giusto entiende que el logro se apoya en la perseverancia. Reconoce que se sienten “orgullosos y están contentos” de haber sido perseverantes porque es una acción que está totalmente apoyada en el voluntariado.

Finalmente Di Giusto invita a que personas con una discapacidad a las que les gusta el deporte y el tenis se sumen a la escuelita para participar.

“Nosotros tenemos todos los elementos. Sólo tienen que venir a la cancha y jugar. Ojalá que se sumen más personas. Nuestro equipo los va a cuidar, los va a contener y guiar, y les va a enseñar este deporte. En nuestra escuela no hay límites para nadie, todo el tiempo lo estamos corriendo porque vamos avanzando, vamos superándonos, tanto alumnos como profesores. Es una escuela sin límites”, cierra.

Fuente: La Voz

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