Un grupo de seis atletas representarán al Equipo de Refugiados en los Juegos Paralímpicos que tendrán lugar entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre. Una mujer y cinco hombres competirán en atletismo, natación, canotaje y taekwondo. Algunos de ellos han resultado heridos en las guerras de sus países y otros sufrieron lesiones o enfermedades mientras vivían en el exilio.
Entre los atletas que participan se encuentra la primera mujer refugiada paratleta y la más joven del equipo, Alia Issa, de 20 años, una refugiada siria que vive en Grecia y que competirá en Club Throw, una prueba especializada para atletas que no pueden sostener la jabalina, la bala o el disco.
Abbas Karimi, uno de los dos nadadores del equipo, es un refugiado afgano que ahora vive en Fort Lauderdale, Estados Unidos, y que a principios de este año se convirtió en Colaborador de Alto Perfil de ACNUR. Ha ganado ocho medallas, incluida la de plata en los Campeonatos Mundiales de Natación de México 2017, y espera conseguir otra en Tokio.
Por su parte, Shahrad Nasajpour, que fue el segundo miembro del Equipo Paralímpico Independiente en Río, volverá a competir en el lanzamiento de disco en Tokio. Nacido en Irán, se mudó a los Estados Unidos en 2015.
Este equipo representará a más de 82 millones de personas en todo el mundo que se han visto obligadas a huir del conflicto, la persecución y la violación de los derechos humanos, de las cuales 12 millones tienen alguna discapacidad y a menudo se enfrentan a mayores riesgos y barreras de acceso a asistencia y a oportunidades, incluida la participación en el deporte.
ACNUR junto con el COI, la ORF, el Comité Paralímpico Internacional (CPI) y otros socios lidera el llamamiento mundial a favor de un mundo en el que todas las personas desplazadas, incluidas las personas con discapacidad, puedan acceder y participar en el deporte en igualdad de condiciones.
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