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El básquet es uno sólo: historias de un entrenamiento especial

Seis estrellas de las ligas nacionales de básquet visitaron el Cenard para entrenar y jugar un picado con chicas y chicos de los seleccionados de Básquet Adaptado. Una forma de compartir, empatizar y visibilizar una disciplina.

Redescubrir el básquet

Eric Schauvinhold tenía 17 años y todo lo que deseaba en la vida. Vivía en Entre Ríos, estudiaba y, sobre todo, hacía lo que amaba: jugar al básquet. “Vivía por y para nuestro deporte”, cuenta el alero que, entonces integraba la Primera de Estudiantes de Concordia que militaba en la segunda división del básquet argentino.

A su debut deportivo lo describe como “un momento soñado que nunca olvidaré”. En ese momento se ilusionaba con más experiencias en el básquet, luego de que Guillermo Vecchio, ex DT de la selección mayor, lo elogiara en un campus por su versatilidad.

Zurbriggen Schauvinhold

Pero, de repente, un accidente de auto en 2009 le cambió la vida. La fractura de columna vertebral lo dejó sin volver a caminar y todo lo que soñaba se esfumó. Al menos en esos primeros meses tras el accidente. “Fue una pesadilla. Tuve que hacer el duelo, reinventarme y volver a encontrar las ganas y la pasión”.

Amor por el básquet

Pero, gracias a su temple y personalidad, lo hizo: Eric se mudó a Buenos Aires, comenzó a estudiar Medicina –hoy realiza la residencia de Anatomía Patológica en el Hospital Ramos Mejía- y volvió al básquet, su gran amor. Fue a los 20 años y, de otra forma, redescubrió la pasión que siempre lo había marcado, logrando el sueño que tenía de chico: jugar en la Selección argentina, en este caso la de silla de ruedas.

Hoy, a los 28, Eric no recuerda aquel accidente con bronca ni tristeza. Dice que aprendió. Y mucho. “A tener respeto, paciencia y, a la vez, mucha empatía por el otro…”, admite. Así se lo relata a Fernando Zurbriggen, base estrella de la Liga Nacional y de la Selección en las últimas dos ventanas FIBA. Ambos ya compartieron la cancha, en un evento entrenamiento-picado que la Confederación Argentina de Básquet (CABB) y la Asociación de Clubes organizaron en el Cenard entre basquetbolistas adaptados y convencionales (hombres y mujeres).

encuentro basuqet adaptado risas

El armador de Obras le pregunta y Eric cuenta. Es, en realidad, un diálogo entre dos jugadores apasionados e interesados en lo que va más allá del juego. Así fue durante casi dos horas que duró el encuentro que se realizó con el lema “el básquet es uno solo” y tuvo mucha onda, diversión y aprendizaje.

Un entrenamiento especial

Al entrenamiento que los seleccionados de ambos sexos de Básquet Adaptado realizan tres veces por semana asistieron Zurbriggen, José Vildoza (San Lorenzo), Nicolás De los Santos (Boca), basquetbolistas de la Liga –los dos primeros estuvieron en el seleccionado en las últimas dos ventanas FIBA-.

Además, estuvieron presentes tres chicas que hace días terminaron la Liga Nacional Femenina, la MVP Agustina Jourdheuil (Berazategui), Julieta Alé (Vélez) y Luciana Delabarba (Quimsa), todas convocadas a la preselección que empezará a trabajar el 19 de abril pensando en el Sudamericano de Colombia.

“Fue una hermosa experiencia, enriquecedora desde varios puntos de vista. Primero porque nos dio la chance de compartir y vivenciar el deporte adaptado, en este caso el básquet, con chicos y chicas que han llegado a una Selección nacional, lo que no es poca cosa. Segundo por poder conocer a los jugadores, interactuar con ellos y que nos compartan formas de entrenar, cuidados, rutinas y, principalmente, la preparación para las competencias. Y, por último, dentro del hermoso clima del juego que se dio, el poder visualizar e identificar las dificultades diarias que tienen tanto para la movilidad como para las herramientas de juego, o la necesidad de juntar recursos económicos para mejorar estas condiciones”,

Fernando Zurbriggen

Visibilidad

Vildoza, como Fernando, también había vivido una experiencia en silla, pero igual quedó cautivado. “Vinimos a conocer, divertirnos y dar una mano para que este deporte se visibilice más. Me voy contento, nos reímos y tiramos algo de magia, pero sobre todo me llevo muchos aprendizajes”, agregó Pepe, otro de los grandes bases de la Liga Argentina

“Fue una experiencia distinta que me encantó. Es la primera vez que me subo a una silla y poder compartir un momento tan lindo con ell@s fue increíble. Nos trataron de diez y me quedé sorprendida por la dificultad que tiene la modalidad, aunque es tan básquet como el nuestro”, resaltó Alé.

“La única diferencia es que ellos necesitan un elemento para hacerlo, pero tienen nuestra misma pasión. Hoy era mi cumple pero vine igual porque me encantó la idea. La pasamos genial”, agregó Delabarba.

“Estuvo bárbaro. Es admirable lo que hacen y cómo lo hacen. En realidad, pensé que iba a ser más fácil jugar desde la silla. Estoy muerto, me duelen los hombros y los trapecios”, contó De los Santos.

“Tuve muchos problemas para manejar la silla, sobre todo al frenar”, precisó Zurbriggen. “Yo también me había sentado antes, pero un picado es distinto. Me costó doblar, direccionarme y es complicado tirar desde tan abajo”, agregó Vildoza.

Pero, en realidad, más allá de la dificultad que encontraron, todos quisieron puntualizar que la principal diferencia, como dijo Zurbriggen, está “afuera del campo».

«Nosotros somos unos privilegiados por las facilidades que tenemos para acceder a los medios para realizar nuestro deporte y ojalá ellos, en un futuro cercano, no encuentren tantas dificultades, porque lo más lindo que tiene el deporte es que sea igualitario”.

Fernando Zurbriggen

Una experiencia enriquecedora

Todos mostraron su felicidad por el momento vivido, pero más que nada los miembros de los seleccionados de sillas. “Me pone muy contento que gente de la CABB y la Liga hayan venido a hacer visible esto, que las y los jugadores hayan venido con tanto interés, buena onda y predisposición, de alguna forma para terminar con el mito de que silla puede generar algo malo o que no se puede hacer deporte. Te genera la misma pasión que cualquier otro. La única diferencia que necesita un medio mecánico para hacerlo”, expresó Carlos Cardarelli, DT nacional de los seleccionados femeninos de silla.

Vildoza Shauvinhold

Cardarelli explicó con detalles quiénes juegan básquet adaptado: muchas personas con lesiones en miembros inferiores, la mayoría por accidentes. También destacó con qué reglas se compite en el básquet adaptado: casi las mismas normas, salvo las diferencias en el caminar, que es por impulsos, o doble dribbling.

“Estoy feliz. Estuvo buenísimo el evento, primero por la onda que se dio. Todos vinieron con la mejor, a jugar en serio y a aprender en serio… Y, claro, por la visibilización que nos permite a nosotr@s. Ojalá que lo sigamos haciendo. Tenemos que ser uno, al convencional y al adaptado nos une el amor por el básquet”, opinó Mariana Redi, quien nació con una malformación –le faltan las falanges de ambas manos y una parte de la pierna derecha- pero siempre hizo deporte hasta que se enamoró el básquet en 2016.

“Hubo muy buena energía, mucha vibra positiva hoy. Y fue algo muy gratificante que hayan venido con esta onda, que hayan apreciado nuestro esfuerzo. Es lindo ver el reconocimiento de un deportista profesional a uno que practica este deporte con la misma pasión que él”.

Eric Schauvinhold

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